La accesibilidad es la cualidad de los entornos, productos, servicios, dispositivos, objetos, dispositivos y en general cualquier cosa que resulta fácil de entender.
Esta accesibilidad beneficia a todas y todos, pero especialmente a las personas con discapacidad intelectual, personas mayores, niñas y niños, migrantes y turistas que no dominen nuestro idioma o cultura, personas adultas analfabetas, entre otras.
Pero, una vez conocida la accesibilidad cognitiva, ¿cómo hago mi empresa, entidad o institución más accesible?, ¿qué pasos puedo dar?, ¿quién me me puede ayudar?
Ante la demanda de estos agentes, el Movimiento asociativo Plena inclusión ha creado diversos servicios de accesibilidad cognitiva.
Estos servicios son muy variados. Por ejemplo, es posible realizar la evaluación de la accesibilidad cognitiva de espacios (como oficinas, locales comerciales o centros culturales) para conocer en qué puntos se desorientan más las personas y cómo corregir esto.
Una necesidad fundamental es el de adaptación y validación de documentos en lectura fácil. La lectura fácil es una forma de redactar y adapta textos que resultan más fáciles de entender. A veces también se adaptan vídeos, programas de radio… y otros contenidos.
La formación es un aspecto clave para fomentar la accesibilidad cognitiva. Por eso se ofrecen cursos, talleres y asesoramiento sobre accesibilidad cognitiva en general y lectura fácil.
Diez federaciones del movimiento asociativo Plena inclusión ya cuentan con servicios de accesibilidad cognitiva: Aragón, Asturias, Canarias, Galicia, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, La Rioja, Madrid y Navarra. Además, también es posible contar con la Cooperativa Altavoz, dirigida por personas con y sin discapacidad intelectual e impulsada por la confederación Plena inclusión.
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