Abrimos whatsapp, buscamos un grupo que se llama «Entrevista AEFT» y le damos al icono de la cámara de vídeo. 

Al otro lado, divididas en dos pantallas, nos saludan Rafi y Raquel, también se cuela en el saludo Choco, un perrete cuyo color hace honor a su nombre.

Rafi es una persona con discapacidad intelectual, que está apoyada por Som-Fundació, entidad miembro de la Asociación Española de Fundaciones Tutelares y Raquel es su referente de tutela, quien junto con un equipo de profesionales de la entidad catalana presta los apoyos a Rafi y a sus 3 compañeros de piso, acompañándoles en su proyecto de vida. 

Hechas las presentaciones de rigor Raquel rompe el hielo y nos explica cómo han tenido que organizarse para seguir garantizando los apoyos. «Hemos tenido que asumir nuevas funciones o roles. Además de orientarles en su día a día, también les prestamos apoyo emocional, sobre todo en esos momentos en los que les pueda agobiar el no salir de casa. Siempre estamos al otro lado, nos llamamos, hablamos por whatsapp y buscamos la fórmula de seguir apoyándoles,» explica Raquel. 

Si bien la vida nos ha hecho dar una vuelta de 180º, las Fundaciones Tutelares se las ingenian para garantizar la calidad e intensidad de apoyos que cada persona necesita. En este sentido, «hemos hecho un horario con cosas que nos gustan. Por ejemplo, ahora estoy haciendo manualidades. He hecho cojines, camisetas y banderas del Barça y como me sobró tela, he decorado mi habitación,» relata Rafi. Cualquiera diría que es una forofa del Barça y así se lo preguntamos, pero rápidamente contesta negando la mayor y añade que «sobre todo son para regalar, en cuanto pase el confinamiento, compro otras telas y ya cambiaré la decoración».

Además de las manualidades Rafi se organiza con sus compañeros de piso para tenerlo al día y disfrutan de algún tiempo juntos, «la Eva normalmente es la que hace comida, le encanta cocinar. Gracias a ella yo he aprendido a hacer natillas. A veces también nos ponemos a hacer pasteles. Antes solo éramos compañeros de piso y de forma natural nos hemos ido haciendo amigos. Nos apoyamos entre nosotros y si tenemos algún problema y no conseguimos resolverlo solos, acudimos a la Fundación,» nos cuenta. 

Otra de las cosas que ayudan a Rafi y a sus compañeros de piso a pasar el confinamiento de una manera un poco más distendida es Choco. «Además de turnarnos para sacarlo a pasear, lo estamos adiestrando. Antes del confinamiento venía una adiestradora, ahora seguimos en contacto a través de videollamada y nos enseña los ejercicios que tenemos que hacer. Hemos conseguido sacarle nosotros a pasear y no que nos pasee él,» comenta entre risas Rafi. 

Si bien ella y sus compañeros están sobrellevando de la mejor manera que pueden este tiempo de confinamiento, hay cosas que echa mucho de menos, como por ejemplo el voluntariado. «Participo en Yo también puedo (un programa de voluntariado de Som-Fundació) y hago voluntariado en AIS (entidad de ayuda a la infancia sin recursos). Hacemos manualidades con cosas recicladas y el día de Reyes se lo regalamos a los niños con pocos recursos. Este año nos juntamos con varios niños y niñas. Algunos no podían dibujar o escribir, entonces ellos me decían lo que pedían y yo lo dibujaba. Me pidieron un novio, un pijama, un oso…,» recuerda Rafi, quien desea que esto pase pronto para volver a hacer voluntariado, teatro o participar en el grupo de mujeres con discapacidad de Dincat. 

La de Rafi es una de las miles de historias de este confinamiento. En su caso y gracias a la habilidades que han ido adquiriendo ella y sus compañeros, los apoyos que precisan ahora no son tan intensos como los que recibían al principio, y eso posibilita que Raquel y el resto de profesionales puedan intervenir, sobre todo, a través del teléfono, whatsapp o videollamada y es que «con el confinamiento nos hemos dado cuenta de que el trabajo que hemos hecho es muy valioso. Son tres personas que con esta situación tienen que convivir 24 horas al día y lo están haciendo fenomenal, han aprendido mucho y tienen una predisposición maravillosa. Esto nos hace ver que el esfuerzo de todas las personas que estamos implicadas está dando sus frutos,” concluye Raquel.

Cerramos whatsapp. 

 

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