En 1983 se permite por primera vez en España que personas jurídicas se hagan cargo de la tutela de personas físicas con la capacidad modificada. Dicha permisión en materia de tutela estaba vinculada con la reforma del Código Civil por medio de la LISMI (Ley de Integración Social del Minusválido) y daba respuesta a una triple necesidad:

  • El modelo familiar tradicional había evolucionado en las últimas décadas y se había identificado que cada vez más personas con discapacidad intelectual superaban en años de vida a sus progenitores.
  • Estas personas, al no contar con el apoyo familiar (o éste no ser el idóneo) se encontraban en una situación de desamparo y desprotección al no tener nadie que se hiciese cargo de su tutela.
  • Por Ley, únicamente las personas físicas podrían hacerse cargo de la tutela de las personas con la capacidad jurídica modificada.

necesidad

Así, gracias a la modificación del código se permite la creación y proliferación de las Fundaciones Tutelares (FF.TT). Estas entidades –con personalidad jurídica y sin ánimo de lucro– tienen como objeto de actuación atender a personas cuya capacidad ha sido modificada judicialmente y que, al no disponer de un entorno familiar favorable que ejerza su tutela, necesitan del apoyo de una institución.

Art. 242 de la Ley 13/1.983: “podrán ser también tutores las personas jurídicas, que no tengan finalidad lucrativa y entre cuyos fines figure la protección de menores e incapacitados”

Desde que el Código fuese modificado en el año 83, poco a poco comenzaron a formarse Fundaciones Tutelares con personas con discapacidad intelectual a su cargo en diferentes puntos de España (ver artículo sobre los antecedentes de la AEFT). Estas entidades, aún habiendo nacido en el seno del movimiento asociativo FEAPS (Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual o del Desarrollo), comienzan a dar sus primeros pasos sin la posibilidad de compartir sus inquietudes con otras organizaciones homólogas en el campo de la tutela.

Una situación a la que se intenta poner remedio por primera vez en 1992 con una reunión en Madrid organizada por FEAPS entre los diferentes responsables de las Fundaciones Tutelares. En ella, se elabora una nota conjunta que recoge criterios en torno a la modificación de la capacidad de las personas (situación legal anteriormente denominada como “incapacitación”).
 icon-angle-double-right VOCES (Número 242. Madrid, septiembre de 1992)

Por ello, con el fin vencer la disgregación geográfica, aunar esfuerzos, unificar criterios de actuación y comenzar a crear modelos de trabajo en materia de tutela –inexistentes hasta el momento–, se promueve desde FEAPS Confederación y desde las propias Fundaciones Tutelares la creación de una institución como solución viable.

La AEFT fue co-fundada por 13 de las 25 entidades que la componen en la actualidad: la Fundación Tutelar ATZEGI (San Sebastián – Gipuzkoa), F.T USOA (Vitoria-Gasteiz – Álava), F. Tutela ALICANTE (Alicante), SOM Fundació Tutelar (Cataluña), F.T FUTUNA, (Navarra), F.T ÁNCORA (Vigo), F.T FUTUMAD (Comunidad de Madrid), F.T FUTUDÍS (Castilla y León), F.T Galega SÁLVORA (Vigo), FUTUBIDE – F.T Gorabide (Bilbao – Bizkaia), F.T TAU (Andalucía), F.T Aragonesa LUIS DE AZÚA (Aragón), F.T FUTUCAM (Castilla-La Mancha).

Prueba de ello es la convocatoria enviada en enero de 1995 por Paulino Azúa (presidente de FEAPS durante 39 años –desde 1971 hasta 2010–) mediante el encargo del Alberto Arbide (Presidente de la Confederación) a los representantes de las Fundaciones Tutelares para debatir la creación de la Asociación Española de Fundaciones Tutelares (AEFT) y el estudio de sus Estatutos. Cabe destacar que, entre los principales propulsores de la configuración de la Asociación, sobresalen además de las propias entidades pertenecientes al movimiento FEAPS, otras personalidades con un cargo político relevante –como por ejemplo, el que fuese Presidente del Tribunal Supremo, Federico Carlos Sainz de Robles–. Finalmente, una vez aprobadas las bases de actuación de la AEFT, el 22 de junio de ese mismo año, nace legalmente la Organización.

logo aeft 1995La AEFT nace con el objetivo de dar respuesta a aquellas instituciones privadas y sin ánimo de lucro que, ante las dificultades que encontraran en el ejercicio de su misión y frente a la no existencia de organismos que contemplaran la tarea de unificar, decidieron agruparse bajo un mismo lema: “proporcionar a sus miembros el apoyo necesario para el adecuado desempeño de sus funciones de guarda y tutela de las personas con discapacidad intelectual”.

El 15 de enero de 1996 se celebra la primera reunión de la Junta Directiva de la AEFT. En ella, se nombra por primera vez a las personas que van a ocupar los distintos cargos en el Órgano de Gobierno de la Entidad. Luis Perales (F.T FUTUCAM) es designado como Presidente de la Asociación –cargo que lleva ocupando desde entonces, hasta la actualidad–; Jaime Ruiz-Cámara (F.T FUTUDÍS) es nombrado como Vicepresidente de la Asociación, Javier Elorriaga (FUTUBIDE- F.T Gorabide) toma la responsabilidad de la Tesorería, Milagros Moreno (designada por FEAPS) será desde entonces la Secretaria de la Asociación, y Carmen Galipienso (F. Tutela ALICANTE), Manuel Fernández (F.T TAU) y Josep Tresserras (SOM Fundació Tutelar) serán los vocales.

Es en esta reunión en la que se consolida el objeto de la AEFT con la aprobación de sus estatutos, dejando por escrito la “misión” de la Entidad: “Proporcionar a sus miembros asociados el apoyo necesario para el adecuado desempeño de las fundaciones tutelares de las personas con discapacidad intelectual”. Entre los principales objetivos de la AEFT destacan los de coordinar a sus miembros, representarlos ante los poderes públicos y privados –ya fuesen nacionales o internacionales– en el ámbito de la tutela o promover actividades dentro del ámbito de acción de las FF.TT para la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual a las que atienden.

En 1990 FEAPS, tras numerosas reuniones con las Fundaciones Tutelares, había publicado el manual “Tutela; teoría y práctica” para familiarizar a las Asociaciones con la nueva realidad tutelar y sentar las bases para la creación de Fundaciones Tutelares independientes y no prestadoras de servicios, con el fin de evitar ser “juez y parte” en la vida de las personas. Nace aquí el pilar ético de las FF.TT del movimiento asociativo FEAPS y que posteriormente se integra en la Asociación.

 icon-angle-double-right Manual TUTELA – Teoría y práctica (FEAPS 1990) JPM
 icon-angle-double-right Manual TUTELA – Teoría y práctica (FEAPS 1990)

Una vez asentadas las bases formales de la Asociación, se comienzan a dar los primeros pasos en la construcción de un futuro conjunto. Para ello, se requiere a las FF.TT algunos datos importantes como las señas de identificación, la composición de su patronato, los recursos humanos, materiales y económicos, el número de personas tuteladas, el número de Voluntarios Tutelares (llamados en la época Delegados Tutelares) o los servicios y programas que ofrecían de manera complementaria a la tutela.

Mientras la Asociación avanza en el estudio de su realidad y contexto, ésta comienza a consolidad y ampliar las relaciones institucionales. Así, en 1996 la AEFT y sus entidades miembro son admitidas en la Asociación Española de Fundaciones.

En 1997, continua con esta labor de relación con el Entorno y celebra la jornada de trabajo “Relaciones de las Fundaciones Tutelares con las Administraciones Públicas”, donde las Fundaciones Tutelares identifican la necesidad de profesionalizarse, ya que hasta el momento en la mayoría de las Entidades –por falta de recursos económicos– eran los Voluntarios quienes desarrollaban gran parte de la atención a las personas con discapacidad intelectual–. De ahí, que se planteen diseñar un proyecto conjunto de captación de fondos para poder seguir desarrollando su labor junto con las personas con discapacidad intelectual.

Ese mismo año, reforzando la importancia que tiene el voluntariado en el devenir de las Fundaciones Tutelares, se celebra en Burgos el I Encuentro de Delegados Tutelares. Comienzan entonces a fraguarse uno de los más importantes espacios de intercambio que ha ido generando la Asociación entre las distintas entidades.

Desde los inicios de las FF.TT, las personas voluntarias han participado activamente en la misión de las entidades, estableciendo una relación cálida y cercana con la persona con discapacidad intelectual, incapacitada judicialmente y cuya tutela legal ha sido encomendada por un juez a las FF.TT.

La fuerza de la base social de las Fundaciones Tutelares, junto con el resto de datos que habían sido pedidos a las Entidades en el año 96, queda reflejada finalmente en 1998 con la primera base de datos de la AEFT. En ella se vuelcan las cifras proporcionadas por un total de 15 Entidades adheridas a la Asociación y se constata que desde las Fundaciones se presta apoyo a 343 personas, mediante la colaboración de 152 Voluntarios/as Tutelares y con el trabajo de unos 25 profesionales (este último dato es aproximado).

Mientras la Asociación y las FF.TT van en aumento, tras el éxito de la primera reunión entre los voluntarios/as, desde la AEFT se decide repetir la experiencia en el II Encuentro de Delegados Tutelares y se escoge Vitoria como la ciudad idónea para su celebración. En el Encuentro se defendía el lema inclusivo: “Las personas con discapacidad intelectual son personas entre personas”. Con él que se contribuía a la condición humana de las personas con discapacidad intelectual.

Por otro lado, ante cuestiones como la cohesión entre los miembros de la Asociación, la importancia de trazar caminos conjuntos o la necesidad de ofrecer mejores servicios a las Fundaciones Tutelares, se decide celebrar ese año otras dos reuniones que sentarán precedentes dentro de la Organización. En concreto, la I Jornada de Gerentes y Directores de Fundaciones Tutelares en Madrid y el I Encuentro de Trabajadores Sociales en Barcelona.

Aunque provenientes de distintos ámbitos de actuación, los asistentes a sendas reuniones dibujan algunos principios comunes a todas las Fundaciones y que darán como resultado en 1998 la publicación “La Visión de la Incapacidad y la Tutela”; primer código Ético de la Asociación. Algunos de sus máximas serían las siguientes:

  • La modificación de la capacidad ha de ser concebida como una medida de protección ajustable a las necesidades de cada una de las personas.
  • El ejercicio de la tutela por parte de las personas jurídicas –como es el caso de las Fundaciones– ha de ser la última alternativa a utilizar dentro de todas las posibles. Es decir, ha de limitarse a aquellos casos en los que no exista la persona física que, reuniendo las características adecuadas, le corresponda normalmente el cargo de tutor, y la persona a ser tutelada efectivamente se encuentre en una situación de desamparo.
  • Es necesario un control judicial que garantice el correcto ejercicio de la tutela y evite los abusos o violaciones de los derechos individuales.
  • Las FF.TT deben mantener la vigilancia ante la posible modificación o recuperación de la capacidad de las personas, independientemente de lo que se haya dispuesto en la sentencia dictada por el Juez, con el objetivo de promover el óptimo desarrollo del tutelado.
  • Tan importante o más que la esfera patrimonial, es la espera personal. Las Fundaciones Tutelares han de ocuparse especialmente de ella y una manera eficaz de conseguirlo es a través del Voluntariado Tutelar. Por ello, los Voluntarios/as Tutelares se comprometen a establecer una relación personal individualizada, cálida y cercana con la persona tutelada.
  • Todas las operaciones y decisiones que las Fundaciones Tutelares tomen respecto a la administración de los bienes, se adoptarán en el único y exclusivo beneficio de la persona tutelada.
  • Para garantizar el control de la calidad de vida y la optimización de los bienes de la persona tutelada, las Fundaciones adheridas a la Asociación no prestarán servicios residenciales, laborales, educativos o análogos. Entendiendo que el mejor ejercicio de la tutela exige al tutor la total independencia.

Así, tras la consolidación de los primeros Encuentros y Jornadas, y la publicación de documentos que se convierten en referencia para el ámbito de la tutela, la Asociación sigue estableciendo y estrechando lazos con entidades del sector de la discapacidad. Entre ellas, destaca durante aquel año la colaboración con la Fundación ONCE, quien se establece como uno de los financiadores tradicionales dentro de la AEFT y que posibilita la celebración de los Encuentros y las Jornadas entre las FF.TT.

Con una financiación propia para tal fin, en 1999 desde la AEFT se diseñan nuevos espacios de encuentro. De este modo, se llevará a cabo ese año el I Encuentro de Patronos de Fundaciones Tutelares –en el que se debate ampliamente sobre las funciones del patronato y sobre el presente y futuro de las Entidades Tutelares– y se celebrarán las segundas ediciones de la Jornada de Trabajo de Gerentes y Directores de Fundaciones Tutelares y del Encuentro de Trabajadores Sociales.

La participación de la Asociación en el Programa INTER (Red de Intercambio de Conocimientos y Experiencias sobre Personas con Discapacidad) del IMSERSO, supuso la incorporación de las Fundaciones Tutelares a una realidad social que no estaba contemplada en anteriores programas de financiación estatales anteriores.

Fruto de estas relaciones con el Ministerio de Asuntos sociales, en el año 2000 por primera vez en la historia de la Asociación, la AEFT recibe financiación pública para su mantenimiento y funcionamiento, lo que permite la contratación de un técnico.

Por su parte, los Encuentros y Jornadas celebrados durante ese año (III Encuentro de Delegados Tutelares y el III Encuentro de Gerentes/Responsables) siguen identificando puntos de mejora en el ejercicio de las Fundaciones Tutelares. En concreto, se detecta la necesidad de ofrecer un servicio de información y asesoramiento profesionalizado en el ámbito de la tutela. Destinado no sólo a las personas interesadas y a sus familias, sino también a aquellos agentes que interactúan en la determinación y ejercicio de los sistemas de apoyo.

La complejidad del ejercicio de la tutela y la necesidad de crear modelos comunes entre las diferentes Entidades, queda una vez más patente en las relaciones que se establecen en ese año con el Entorno de la Asociación. Y más en concreto, con el Consejo General del Poder Judicial en el que se trabaja para lograr un modelo único para la rendición de cuentas de las Fundaciones Tutelares con la Administración y se comienza a hacer una mayor incidencia desde la Asociación en la necesidad de ajustar y graduar las sentencias de modificación de la capacidad a las necesidades de cada una de las personas.

“Las sentencias de modificación de la capacidad han de ser como un traje a medida, ajustable a las necesidades de la persona”

Con el paso de los meses, la labor de la AEFT y la definición de su Misión siguen desarrollándose, unificándose y consolidándose. Por este motivo, con el fin de formalizar la unión de sinergias y lograr que la actuación conjunta fuese más eficaz, en el año 2001 se establece –en el IV Encuentro de Gerentes/Responsables– la I Estrategia común a todas las entidades.

Por su parte, en el II Encuentro de Patronos, se realiza una vista panorámica sobre distintos puntos clave, tales como: la diversidad de las distintas realidades entre Fundaciones Tutelares, la eximición de responsabilidades por parte de la Administración, el control de ratios para el control de una tutela de calidad o la preocupación de un futuro compartido por todas las entidades que se encuentran bajo el paraguas de la AEFT.

Con ello, la Asociación y las Fundaciones comienzan a abrir sus miras a otras instituciones del ámbito de la tutela. Así, con la intención de mantener una colaboración más estrecha con otras entidades del sector, y el interés de crear grupos de trabajo conjunto para el estudio de ciertos aspectos relacionados con la tutela de personas, participa en el I Encuentro de Instituciones Tutelares. Un espacio organizado conjuntamente por la Agencia Madrileña para la Tutela de Adultos y la Fundación Tutelar de Madrid (FUTUMAD).

En lo que a las relaciones más amplias con el Entorno se refiere, éstas siguen proliferando. Durante ese mismo año tendrá lugar la firma de un convenio de colaboración con la Fundación Aequitas –en relación a la protección jurídica de las personas con la capacidad modificada– y el inicio de la colaboración con el Instituto Nacional de la Seguridad Social en referencia a las pensiones por hijo a cargo.

La defensa legal de las personas también fue el tema principal del I Congreso Regional sobre protección Jurídica del Discapacitado, organizado por la F.T FUTUDÍS (Castilla y León) y el Consejo General del Poder Judicial, con la colaboración de la AEFT.

Igualmente, en ese año destaca como otro de los hitos relevantes para la Asociación, la formalización y reconocimiento de la labor social que realiza al ser declarada de Utilidad Pública por la Orden Ministerial de 19 de septiembre de 2001.

La incidencia política ejercida por la AEFT se verá intensificada en el año 2002 con el IV Encuentro de Delegados Tutelares. En él, los voluntarios y voluntarias demandan a la clase política que se tengan en cuenta las necesidades de las personas tuteladas y sea más accesible la financiación a las Fundaciones.

Desde otras áreas, como la de Gerentes/Responsables o la de Trabajadores Sociales, se seguirá trabajando en la definición y unificación de criterios mediante la quinta y sexta edición de encuentros, respectivamente.

La larga trayectoria de las Fundaciones Tutelares en su labor con las personas con discapacidad intelectual –recordemos que la AEFT, pese a nacer en el año 1995, está compuesta por entidades que llevan ejerciendo la tutela de personas desde que la modificación del Código Civil en el año 83 lo hizo posible– comienzan a documentarse algunas buenas prácticas surgidas desde las Entidades Tutelares. Un ejemplo de ello fue el mostrado en el año 2003 por FUTUBIDE – Fundación Tutelar Gorabide, al compartir con el resto de las Fundaciones su experiencia en la gestión de voluntarios. Mediante este gesto, la AEFT reedita y publica el Manual de Captación y consolidación de Delegados Tutelares, destinado a los responsables de voluntariado de las Entidades para implementar el programa, y mediante el que se impartirá formación sobre Voluntariado Tutelar.

Por otro lado, en ese mismo año, en el III Encuentro de Patronos de Fundaciones Tutelares se verá la necesidad de establecer una clara diferencia entre el concepto de la beneficencia y el ejercicio de los derechos de la persona con discapacidad. Debatiendo y compartiendo así la visión de que la condición de ser una organización sin ánimo de lucro, no libera a las Entidades de tener que necesitar fondos para el ejercicio de sus funciones.

En cuanto al avance en la defensa de los derechos de las personas con discapacidad intelectual se refiere, ésta continua siendo una prioridad para la AEFT. Por ello, en el 2003 se decide organizar una Jornada sobre Discapacidad Intelectual y Derecho. En ella, desde la Asociación se reúne a jueces, magistrados, fiscales, notarios, abogados y profesionales de derecho para dar a conocer –de la mano de profesionales del ámbito de la tutela– las características y peculiaridades que experimentan las Asociaciones y las Fundaciones Tutelares –desde un lado más humano y realista– en su acompañamiento a las personas con discapacidad.

Con este mismo objetivo, –el de dar mayor visibilidad a la realidad de las Fundaciones Tutelares– se formaliza un espacio fijo para la Asociación Española de fundaciones Tutelares en la publicación “VOCES” de FEAPS.
 icon-angle-double-right  VOCES (Número 342. Septiembre/octubre, 2003)

Como ya se ha visto, con el paso de los años, desde la AEFT cada vez son más los foros y los espacios en los que se trata de promover y defender los derechos de las personas con discapacidad intelectual. Para crear una red de juristas especializados en la defensa jurídica de las personas tuteladas y el intercambio de conocimiento y prácticas profesionales, se celebra en el año 2004 la I Jornada de trabajo de Asesores Jurídicos. Donde se abordan cuestiones sustanciales como es el propio procedimiento de la modificación de la capacidad o la valoración de los distintos instrumentos jurídicos para atender las necesidades de las personas con discapacidad intelectual.

La Jornada resulta ser tan provechosa y práctica que da lugar a la creación del Foro de Asesores Jurídicos, en el que –por medio de la AEFT– sus participantes intercambian conocimientos y se apoyan en su labor dentro del ámbito de la tutela.

El resto de encuentros, como ya resulta tradición dentro de la AEFT, se siguen celebrando durante el 2004 con periodicidad, dando lugar al V Encuentro de Trabajadores del Área Social, el V Encuentro de Delegados Tutelares y el VI Encuentro de Gerentes/Responsables.

Con 10 años a sus espaldas, en el 2005 desde la Asociación se continúa apostando por la mejora de la tutela por parte de las Fundaciones desde todos los ámbitos y se lleva a cabo la I Jornada de trabajo del Área Administrativa. Además, se celebran el V Encuentro de Patronos y la II Jornada de trabajo de Asesores Jurídicos.

En el décimo aniversario de la AEFT tiene lugar un hecho relevante en el futuro de las Fundaciones y la Asociación con la inauguración del programa de Apoyo al Voluntariado. Programa que supone la entrada de la Organización en una de las subvenciones del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales con cargo a la partida presupuestaria de IRPF. Gracias a esta subvención, la AEFT puede seguir desarrollando modelos de trabajo y da lugar a la creación del Manual de formación básica para Delegados Tutelares, folleto de difusión sobre la figura del Delegado Tutelar, y la I Reunión de Coordinación entre Responsables de Voluntariado, entre otras acciones.

Por último, como cierre a 10 años de labor, la AEFT asiste a las reuniones que el CERMI y la Fiscalía General del Estado mantienen en tema de “Incapacidad judicial Tutela”. Genís Boadella i Esteve, abogado de SOM– fundació catalana tutelar Aspanias y asesor jurídico de la Asociación, será el encargado de representar a las Fundaciones en las distintas reuniones.

Fruto de todo este trabajo, (reuniones con diferentes instituciones, celebración de los Encuentros y Jornadas, etc.) la Asociación ha ido desarrollado y construyendo una visión compartida por todos sus miembros sobre la tutela y la prestación de servicios que mejoren la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual.

10 años de vida dedicados a generar saber en base a la experiencia.

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