El artículo 242 de la Ley 13/1.983, que modificaba el Código Civil Español en materia de tutela, marcó un antes y un después en el devenir de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y sus familias. Con ello, y gracias al enunciado de la ley donde se especificaba que “podrán ser también tutores las personas jurídicas, que no tengan finalidad lucrativa y entre cuyos fines figure la protección de menores e incapacitados”, se inició también la historia de las Fundaciones Tutelares en nuestro país.
El ejemplo más evidente de ello tuvo lugar el 28 de diciembre de 1983 con la creación de la Fundación Tutelar ATZEGI, primera entidad en España destinada a prestar apoyos tutelares a personas con discapacidad intelectual con la capacidad jurídica modificada. Su objetivo –replicado más tarde por otras organizaciones del movimiento de la discapacidad en España–era atender la preocupación de los padres y madres de las personas con discapacidad intelectual ante la pregunta: “¿Quién cuidará de nuestro/a hijo/a cuando nosotros/as no estemos?”
En la actualidad, y tras 32 años de trabajo continuado, la Fundación Tutelar ATZEGI atiende –de manera única en Gipuzkoa– las necesidades de 94 personas tuteladas, 8 curateladas y tiene 9 pretutelas activas. Para realizar esta labor, la Fundación cuenta con el trabajo de 6 profesionales, la acción solidaria de 33 Voluntarios/as Tutelares y la visión experta de 15 Patronos.
La tutela ejercida por una entidad, último recurso para la persona
Una de las características que define a la Fundación Tutelar ATZEGI es la creencia y defensa de la concepción de las Fundaciones Tutelares como última alternativa al apoyo que ofrecen los familiares de la persona cuando estos no puedan o no sean considerados idóneos por el Juez.
Bajo este parámetro, la Entidad desarrolla el acompañamiento a las personas con discapacidad intelectual de una manera individualizada y con el claro objetivo de fomentar su autonomía. Un ejemplo de ello, es la labor que la Fundación Tutelar AZTEGI hace junto con las persona en previsión de su futuro una vez falte el entorno familiar. Entendiendo además que el porvenir de ésta ha de prepararse teniendo en cuenta sus necesidades actuales.
El futuro no se prepara en un momento determinado, sino día a día en el presente, a través de una buena aceptación y un entorno estimulador que potencia la autonomía de la persona con discapacidad intelectual.
La Fundación Tutelar ATZEGI, el génesis de la Asociación
La Asociación Española de Fundaciones Tutelares (AEFT) fue cofundada por 13 de las 25 Entidades que la componen en la actualidad. Entre ellas, destaca de manera especial la participación de la Fundación Tutelar ATZEGI al contar con D. Alberto Arbide como Presidente.
Alberto Arbide, que también fue Presidente de FEAPS (actual Plena inclusión), el CERMI y miembro de la Junta Directiva de la AEFT, tuvo un importante papel en la defensa de los derechos de las personas con discapacidad. En concreto, dentro del ámbito de la tutela destacó por haber sido un fiel defensor de la misión de las Fundaciones Tutelares y de la Asociación desde sus inicios.
La relación iniciada por la Fundación y la AEFT hace dos décadas se ha consolidado y estrechado con el paso de los años. Desde la creación de la Asociación, ATZEGI se ha implicado en el Proyecto Común mediante distintas colaboraciones. En la actualidad, la Entidad participa de manera conjunta con otras Fundaciones asociadas en el Grupo de Trabajo del Modelo de Tutela promovido por la AEFT.
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